Extrañas criaturas, los cometas. ¿Alguna vez os habéis preguntado qué son en realidad? Los científicos nos dicen que son simples cuerpos celestes, hechos a partir de hielo, polvo y rocas. Pero no ven más allá. Si mirasen con otros ojos, con los de un niño que está aprendiendo el abecedario y sueña con ser astronauta, verían la realidad.
De pequeño soñé que volaba por el cosmos en mi nave espacial. Pintada de un rojo brillante, surcaba la inmensidad visitando planetas y estrellas. Pero tras mucho viajar, me perdí. No podía encontrar el camino de vuelta a casa, tampoco veía ningún planeta donde parar a descansar. Todo estaba negro, y había perdido casi toda esperanza de regresar a mi hogar. Entonces los vi.
Era un pequeño grupo de cometas, grandes criaturas de hielo y fuego de figura adolescente y sonrisa incandescente. Surcaban el espacio bailando y riendo, sin rumbo aparente. Tuve suerte de que me viesen, pues son de espíritu curioso y no pierden oportunidad de conocer más. El más viejo de todos habló.
-Nunca había visto una criatura tan extraña y pequeña como tú. ¿Qué eres? -preguntó con voz tranquila el cometa.
-Soy un humano, del planeta Tierra. -respondí.
-¿Y qué haces aquí, pequeño humano? Nunca nadie ha pasado por este sitio, solo nuestra familia.
-Es que… me perdí y no puedo volver a casa.
Los cometas cuchicheaban entre sí, pero no entendí de lo que hablaban. Finalmente, el mayor volvió a hablar.
-Pequeño humano, te ofrecemos acompañarnos en nuestro viaje. No sabemos dónde está exactamente esa ‘Tierra’, pero te ayudaremos a encontrarla en el camino, si así lo deseas.
Con mucha ilusión acepté y así comenzó aquella travesía tan extraña. Aprendí a bailar con ellos, a danzar entre planetas y saludar a sus habitantes, pero siempre de lejos, pues el viaje era largo y no teníamos tiempo que perder. Reí con ellos y me enseñaron que a pesar de lo vasto del universo, nunca estamos solos.
Tras mil y un aventuras regresé a casa y, finalmente, desperté del sueño. Han pasado muchos años desde entonces, pero todas las noches sin falta miro por el telescopio para poder saludar a mis amigos los cometas.
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