lunes, 19 de octubre de 2020

¡Han venido los Reyes!

 El pequeño Martín se levantó con los ojos como platos y una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Han venido los Reyes!, exclamó, mientras se ponía un viejo batín con infinidad de manchas y salía corriendo al pequeño salón. Sus padres salieron de la habitación, con el semblante triste pero intentando fingir una sonrisa. Cuando el pequeño llegó al salón, se encontró con un único muñeco, el típico Action Man, pero con un brazo menos y la pintura arrancada en muchos puntos. Sus padres se miraron entre ellos, preocupados, mientras él cogía el muñeco. Durante un segundo todo quedó en silencio.

La risa del niño lo rompió. Se giró a sus padres, levantando el muñeco con sus diminutos brazos y una sonrisa aún mas grande si cabe. Se lo mostró triunfante.

-¡Mira papi, mira mami! ¡Lo que pedí!

Acto seguido se puso a recorrer el salón con el juguete, haciéndolo luchar contra monstruos y villanos solo presentes en su imaginación. En media hora había rescatado 5 princesas, derrotado 7 malos y salvado el mundo unas 3 veces. Todo esto ante la mirada de sus padres, que, con lágrimas en los ojos, se habían sentado en las dos sillas que constituían casi todo el mobiliario de la estancia. Daban gracias y a la vez se lamentaban de no poder darle más.